un poema de miércoles

Dos poemas sobre la guerra

“Látet anguis in herba” “Una serpiente se esconde en la hierba”

“Allende su trono, Ares nos observa,
Hades se prepara, mandó abrir sus puertas.
Y en fraguas profanas se templa el acero
Que al débil humano ha de herir de muerte.
Inerme en la espera vislumbra su suerte,
Y al bosque, al río, al prado y al viento,
—al caer vencido, con postrer aliento—
Suplica una gracia: le guarden su sueño.
Mientras por el valle, el dios del averno
Marcha con su carro. Y es como una llaga
El surco que abre al pasar su rueda.
Sin loas, sin gloria, recoge silencios.
El aire transido de aroma perverso.
El suelo poblado de saña inclemente.
Y oculta en la hierba, hay una serpiente”.

XXXVIII
“Ita diis plácuit” (Así plugo a los dioses)

“Recuerdo el viento, recuerdo el mar,
Altas las velas blancas ondear
Y el prado verde, y las colinas,
La bruma, el cielo y la bahía.
Recuerdo tibio el sol de invierno,
De los veranos la ardiente brisa.
D e primavera el color nuevo
Y del otoño la piel cobriza.
Plugo a los dioses cambiar mi mundo,
¿Con cuál de ellos haré porfía?
Huestes de males, huestes de hambre,
Huestes de ruinas, ¿Quién las envía?
Gaviota libre que surca el cielo
Lleva en tus alas lejos mis miedos.
Por los perfumes de flores tiernas,
Por cada fruto que da mi tierra;
Gaviota errante besa la arena
Y esconde en ella toda mi pena”.